Descubre la espectacular capital de Portugal, una de las ciudades más vibrantes y carismáticas de Europa. Es un destino para todas las edades, ya que puede visitarse tanto como parte de un viaje cultural, de unas vacaciones repletas de salidas nocturnas, de unas vacaciones en familia, de una relajada escapada urbana o incluso ser la base para unas vacaciones en la playa.
Lo primero que tendrás que hacer al llegar a la ciudad es visitar el centro de Lisboa, estructurado en torno a la Baixa y las colinas que la rodean. La Baixa, conocida también como Baixa Pombalina (ya que fue el Marqués de Pombal quien se ocupó de su reconstrucción tras el maremoto que la asoló en el siglo XVIII), es la zona más representativa del centro de Lisboa. Allí podrás encontrar restaurantes y bares, grandes cadenas de moda, tiendas con recuerdos turísticos y pequeños comercios, sobre todo de textil y turismo. También podrás ver el Elevador de Santa Justa, situado al oeste del barrio, que da acceso al Chiado y al Barrio Alto. Es un ascensor de hierro forjado que ha perdido parte de su antiguo papel para comunicar dos barrios del centro de Lisboa, pero que en la actualidad se ha convertido en una de las atracciones turísticas más populares de la zona. Te recomendamos ir y disfrutar de las increíbles vistas del centro desde su plataforma más alta.
El Chiado ha sido una de las zonas más elegantes y aristocráticas de la ciudad de Lisboa. Con el paso de los años, la clase alta de la ciudad lo ha ido abandonando como lugar de residencia, pero sigue conservando aquel ambiente de cafés y librerías que lo relaciona desde siempre con la intelectualidad de Lisboa. Y por la noche, la zona vecina al Chiado se transforma y se llena de jóvenes que disfrutan del comienzo de la vida nocturna de la ciudad en el Barrio Alto, una zona repleta de pequeños bares y restaurantes.
Alfama es uno de los barrios más típicos de Lisboa, con callejuelas pequeñas y retorcidas y casas típicas por las que es un placer perderse y callejear. Es en Alfama donde se encuentran la mayoría de las casas de fado, en las que podrás disfrutar de numerosos espectáculos en vivo. En este barrio también se encuentran el Castillo de São Jorge, en la colina más alta del centro de la ciudad, la Catedral de Lisboa, el Panteón Nacional, la Feira da Ladra y el Miradouro de Santa Luzia, con una vista impresionante sobre la ciudad y el río Tajo.
Al oeste del centro de la ciudad, junto a la zona ribereña del Tajo, se encuentra Belém, una de las zonas más interesantes que visitar y donde se encuentran tres de los monumentos de Lisboa más populares: La Torre de Belém, el Monasterio de los Jerónimos y el Monumento a los Descubridores. No puedes irte de allí sin probar los deliciosos Pastéis de Belém, una referencia de la repostería portuguesa y uno de los recuerdos de la ciudad más típicos para llevarte a casa. En esta zona también podrás visitar el Palacio de Belém, el Museo Nacional de los Autobuses, el Museo de la Electricidad, la Iglesia de la Memoria y el Centro Cultural de Belém.
El bacalao "bacalhau" es el ingrediente estrella en Portugal y se cocina en una inmensa variedad de platos. Las especialidades típicas de Lisboa son las pataniscas de bacalao, los peces de jardín, la rica sopa de pescado, los huevos verdes, el bacalao à Brás, la merluza à lisboeta, la liebre à Bulhão Pato y las almejas à Bulhão Pato. También podrás disfrutar de sus sabrosas sardinas, especialmente en temporadas especiales, como en Santo António.
Los quesos portugueses de leche de cabra y de oveja son excepcionales, y hay muchas variedades, desde los más suaves (quesos frescos) hasta los curados con toques picantes. El más famoso es el Queijo da Serra, elaborado con leche de oveja.
Y si lo que te apasiona es el dulce, en Lisboa encontrarás muchas pastelerías donde destacan los famosos pastéis de Belém, unas joyas de canela y nata que podrás llevarte en cajas o degustarlas allí mismo, y las Quejadas de Sintra, tartaletas de queso con canela, que se encuentran en Lisboa pero su origen está en la vecina Sintra. Allí en la pastelería Piriquita las llevan elaborando con una receta antigua desde 1862.
Si te gusta ir de compras tendrás a tu disposición los Almacenes Chiadom con todas tus tiendas favoritas (Mango, FNAC, etc.) y A Vida Portuguesa, donde podrás encontrar todos los productos de marcas portuguesas reunidos en un mismo espacio.
También podrás visitar los mercados de la ciudad, como el Mercado do Campo de Ourique o el Mercado da Ribeira, uno de los mejores lugares donde comer en Lisboa disfrutando de un buen ambiente entre los muros de un edificio histórico.
Otro imprescindible es la Fábrica LX junto al río, un antiguo complejo industrial transformado en un espacio creativo que cuenta con numerosos puestos, tiendas, bares y restaurantes. Y para los amantes de la lectura, se encuentra la librería Ler Devagar, con interminables estantes llenos de libros de ensayo, ficción, literatura infantil y otros muchos géneros en varios idiomas, además de contar con cafetería propia.
En los alrededores de Lisboa hay varios lugares de interés histórico y cultural para visitar que no te puedes perder. Sin duda, nuestra recomendación es ir a Sintra, un lugar único con hermosos jardines y palacios que fue declarado Patrimonio de la Humanidad en 1995. Dos de los palacios más famosos y visitados son la Quinta da Regaleira, con jardines fascinantes lleno de misterios y leyendas, y el Palacio Nacional da Pena, uno de los más bonitos de Europa gracias a su color y mezcla de estilos arquitectónicos
Otra visita imprescindible es Cascais, un antiguo pueblo de pescadores situado a 30 km de Lisboa. Allí se concentran las mejores playas de la capital portuguesa, por lo que es un destino vacacional perfecto. Estas son la Praia da Ribeira, la Praia da Conceição, la Praia da Rainha, la Praia de Parede y la Praia do Guincho. También podrás ver el Cabo da Roca, un impresionante acantilado que hasta finales del siglo XIV, se consideraba el final del mundo.
Conectada con Cascais, a través de un bonito paseo marítimo, se encuentra Estoril, que posee un pasado asociado al turismo de lujo, pues cobijó a unos cuantos aristócratas, exiliados después de la Segunda Guerra Mundial, entre ellos la familia real española y la italiana. Pero estos distinguidos habitantes no fueron los únicos que se refugiaron en Estoril, un buen número de espías también tuvieron su escondite allí, como se puede ver en Casino Royale, la película protagonizada por James Bond que se inspiró en el Casino de Estoril para el rodaje de algunas de sus escenas.
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